Postales de Rodaje: Una tarde en el arroyo

(Por Sofía Aldasoro) El sol pica fuerte en lo alto. El agua “está ideal” dicen los chicos. Todo el día fue el fin, la esperanza puesta en ir al arroyo a terminar la jornada de rodaje y bañarse en sus aguas. El barranco en ese codo del toba tendrá dos metros de alto y un calado suficiente para darse el gusto de hacer una acrobacia o el clásico chapuzón-bombita. Brandon y Javi tienen cancha: miden distancia, toman carrera y el envión necesario para hacer un buen salto. En ese mismo lugar, una pequeña isla de arena emerge a modo de playa. La gracia está en cruzar y escribir un mensaje.

El acceso al arroyo no es para todos. Hay un grupo que lo tiene vedado: son los más chiquitos que observan todo desde las orillas. Los mayores, primos y hermanos, tienen la tarea de cuidarlos, estar atentos y que ninguno se meta sin atención al agua. Jerónimo se acerca desconsolado, no llega a los cuatro años ni al metro de altura e integra el grupo. Muchos están en la misma situación, y es que “El toba” encanta con su apacible estar pero su lecho varía causando pozos y distintas profundidades.

Nosotros (el equipo de rodaje) estamos con los chiquitos, quedamos al margen, en la parte superior del barranco viendo cómo los más adolescentes se olvidan de la presencia de la cámara y se sueltan a la aventura bucólica.

Cuando cae la tarde y el día toma un color naranja intenso, damos por terminada la jornada. Les avisamos a los chicos que nos vamos para la comunidad. Nadie sale, nos saludan y eligen quedarse en el agua.

La idea inicial era pasar un día con Brandon y Javi: ir al arroyo, pescar, nadar y grabar cómo pasan sus tardes.

Imagen: Sofía Aldasoro

Rodaje del ciclo Ensayo sobre Interculturalidad - Capítulo 3

Comunidad Mocoví Llalec Lava - Campo El 94 (Colonia Durán) - Arroyo “El toba”