Proyecciones de la Memoria recupera imágenes del primer juicio oral y público por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar realizado en la ciudad de Santa Fe, entre los meses de septiembre y diciembre del año 2009. A lo largo de tres capítulos de cincuenta minutos de duración, el ciclo pone en contexto una experiencia inédita que permitió cerrar una historia de impunidad. Al mismo tiempo, el proyecto se detiene en los significados de una condena que marca una nueva etapa en materia de memoria, verdad y justicia en la sociedad santafesina y, también, en la Argentina.
3 capítulos de 50 minutos / 2011 / Derechos Humanos / Política / Sociedad
En este primer capítulo de Proyecciones de la Memoria se registra la historia de cinco mujeres, Anatilde Bugna, Stella Maris Vallejos, Ana María Cámara, Patricia Traba y Silvia Abdolatis, que después de treinta años lograron cerrar un ciclo de impunidad con una condena que marca una nueva etapa en materia de memoria, verdad y justicia en la sociedad santafesina. A través del testimonio de esas mujeres, que fueron secuestradas el mismo día y que después de treinta años siguen siendo amigas y compañeras de militancia, se reconstruye la historia de lucha por llevar adelante el primer juicio oral y público por crímenes de lesa humanidad en la ciudad de Santa Fe. Una tarea que comenzó el día en que recuperaron su libertad, que sostuvieron en secreto durante muchos años y que hoy da sus frutos al haber conseguido finalmente sentar frente a un tribunal a aquellos que fueron sus torturadores. “De ahora en más, sí podemos pensar en el futuro”, dicen las mujeres.
Proyecciones de la memoria reúne imágenes y testimonios de la llamada Causa Brusa, el primer juicio oral y público por delitos de lesa humanidad que se tramitó en la ciudad de Santa Fe entre los meses de septiembre y diciembre de 2009. En este caso el proceso judicial logró sentenciar al ex juez federal Víctor Brusa y a cinco de sus compañeros de banquillo: Héctor Colombini, Mario Facino, Juan Calixto Perizzotti, María Eva Aebi y Eduardo Ramos, al demostrarse la ilegalidad de los actos cometidos en el marco de un plan sistemático y generalizado de represión por parte del Estado. “Llevar adelante estos juicios es una responsabilidad que sentimos por ser sobrevivientes”, resume Patricia Traba, una de las querellantes.
El contexto social y también histórico, y las características del proceso judicial de la Causa Brusa frente a la Justicia de la provincia, se narran a partir de las voces de los abogados de la querella, los testigos, el tribunal, los abogados defensores y los fiscales. Martín Suárez Faisal, José Schullman, Patricia Isasa, Jorge Pedraza, Alba Sánchez, Oscar García, el juez Manuel López Arango, el conjuez de la causa Carlos Renna, los abogados Guillermo Moune, Horacio Coutaz, Alejandra Romero Niklinson, Leticia Fascendini, Jesica Pellegrini y Fabio Procajlo son algunos de los protagonistas y militantes por los derechos humanos que se dieron cita en esta causa. Los testimonios narran cómo el ex juez Brusa tomaba declaraciones a personas que estaban secuestradas o inventaba causas contra militantes, mientras visitaba la Comisaría 4° o la cárcel de Coronda donde estaban alojados estos presos en condiciones ilegales. “Estamos acá, a pesar de todos los años que tuvimos que pasar, para que se haga Justicia”, resumen.
Los grupos de tareas, de inteligencia o de acción que operaron durante la dictadura y que, en la ciudad de Santa Fe, estaban a cargo de militares y policías de distintas seccionales, son los que se retratan el tercer capítulo de Proyecciones de la Memoria. “En la obediencia debida nunca se puede cometer algo que sea manifiestamente ilegal. Ese es el límite de la orden: si alguien torturaba, mataba, violaba, eso estaba completamente dado en un procedimiento ilegal”, se explica.
La presencia de más de cien testigos revela la importancia de la Causa Brusa y la reconstrucción del plan sistemático de tortura y exterminio que se vivió durante la dictadura militar. En los alegatos de los abogados de la querella y de la defensa –como el abogado Horacio Coutaz o el fiscal José Ignacio Candioti–, se realiza un análisis de las teorías conspirativas de los militares y de la denominada guerra interna (más conocida como la Teoría de los Dos Demonios), que explican con claridad el plan de disciplinamiento social, cultural y político que llevó adelante la dictadura para legitimar sus acciones represivas.
“Estos juicios son algo más que un sueño, y una base muy firme para poder lograr, lo que entiendo yo, como la verdadera reparación que merece nuestro pueblo”, dice José Schullman, uno de los testigos de la querella, sobre el final de este capítulo. Un gesto que hoy da sus frutos con la presencia de más de 2 mil testigos y 400 juicios en camino, donde se investigan desde los allanamientos ilegales a domicilios, el secuestro y la tortura de personas, la desaparición física, los tormentos y las vejaciones llevadas adelante en 547 centros clandestinos de detención, sin habeas corpus ni jueces competentes. Un proceso judicial llevado a cabo, finalmente, después de treinta años de impunidad.