Intro es una serie que indaga en las características del chamamé como género musical y patrimonio vivo que se transmite de generación en generación. Un patrimonio inmaterial que proporciona a las comunidades un sentimiento de identidad y de continuidad. Cómo llega a Santa Fe y el fenómeno de la migración interna; las culturas que en él se fusionan; los tipos de chamamé que existen y qué los diferencia; cómo se baila; qué significa el grito de sapucay; con qué instrumentos se ejecuta. Un recorrido que nos acerca al universo del chamamé y nos permite conocer y redimensionar su papel relevante en la evolución cultural del litoral.
Entre las décadas del treinta y del cuarenta del siglo pasado el auge industrial en Argentina cambia su matriz social y cultural. Rosario y su puerto son la principal referencia de ese cambio. La zona sur de la ciudad se puebla de migrantes del litoral que traen consigo la música del río y de los trabajadores del campo. En pocos años Santa Fe se convierte en un punto clave en el desarrollo y la historia del chamamé.
En la forma de moverse a través del espacio un baile refleja el sentir y la historia de un pueblo. El chamamé, al igual que la mayoría de las danzas santafesinas, es un baile de abrazo. Todo se inicia en el encuentro de dos cuerpos comunicados por movimientos improvisados pero que llevan consigo la esencia que les dio origen en los campos del litoral.
En los instrumentos usados para tocar el chamamé se puede rastrear toda su historia y la de nuestro propio país. Desde los guaraníes en las reducciones jesuíticas y sus fábricas de instrumentos, pasando por los primeros criollos que llevaban su canto de pueblo en pueblo, hasta la última oleada inmigratoria que trajo consigo al acordeón el instrumento emblema del chamamé.
Una emoción hecha grito. Una expresión difícil de explicar que se transmite de generación en generación y que es parte de la esencia de las personas que habitan el litoral. El Sapucay es una parte indisociable de toda fiesta chamamecera.
El Chamamé tomó su forma actual de la mano de cuatro grandes músicos que marcaron también para siempre las formas principales en que hasta el día de hoy se lo toca. Tránsito Cocomorala, Tarragó Ros y Ernesto Montiel junto a Isaco Abitbol, son los creadores los tres tipos principales de Chamamé.
En plena pandemia el Chamamé fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. De esta forma se busca mantener su aporte a la riqueza cultural en un mundo cada vez más globalizado. Las características que lo hicieron merecedor de ese statu fueron el baile, la vestimenta, el canto, el sapukay y el uso de la lengua guaraní.