Te sigo desde el VHS invita a recorrer los 20 años de historia del Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales de Rosario. La importancia del festival en la difusión del video latinoamericano, su diversidad de géneros cinematográficos, los avances tecnológicos desde el VHS hasta el digital y la apuesta por un cine independiente son algunas de las historias que han cruzado estas dos décadas del FLVR. Con entrevistados de todo el continente y escenas de más de cien producciones, el documental muestra el rol activo que ha tenido el cine en la constitución de una identidad latinoamericana.
1 especial 52 minutos / 2014 / Cultura / Sociedad
Te sigo desde el VHS es una producción integral del programa Señal Santa Fe, que invita a recorrer los veinte años de historia del Festival Latinoamericano de Video y Artes Audiovisuales de Rosario. La importancia del festival en la difusión del video latinoamericano, su diversidad de géneros cinematográficos, los avances tecnológicos desde el VHS hasta el digital –pasando por el Super 8, el Umatic, el DVCam, el HD, entre tantos otros– y la apuesta por un cine independiente son algunas de las historias que han cruzado estas dos décadas del FLVR.
Emilio Cartoy Díaz y Horacio Ríos, los fundadores del Festival, recorren en primera persona la historia del encuentro. “Estábamos en el lugar ideal, con el clima ideal, por eso creo que se logró esa especie de garantía que tiene el festival y que es la pluralidad”, dice Ríos. Este documental registra también las voces de directores de cine como Pablo Romano, Tristán Bauer o Patricio Guzmán, junto a las escenas de más de cien producciones de todo el continente, lo que muestra el rol activo que ha tenido el cine en la constitución de una identidad latinoamericana.
Las ficciones, los mediometrajes, las animaciones, las películas experimentales, los documentales, las comedias o filmes de terror, los cortometrajes, permiten dialogar entre todos los géneros en cada jornada del encuentro. “El cine empieza a contar nuestros dramas, nuestras miserias y nuestras esperanzas como continente”, dice el periodista Hollman Morris sobre el encuentro, que se celebra durante diez jornadas, en diez sedes diferentes, con directores, productores, guionistas y periodistas que se confunden con una sucesión de imágenes, historias y formatos desde donde narrar la pluralidad.
Los realizadores locales, por su parte, aportan la mirada de quien juega de local en el encuentro: “Es interesante ver de qué manera el Festival creció lejos de la grandilocuencia cinematográfica para darle espacio a historias más pequeñas”, refiere el realizador audiovisual Federico Actis, quien destaca que el FLV es la pantalla de todos los proyectos rosarinos por excelencia, una vidriera de las producciones locales, pero que puede ir confrontándose con las experiencias de todo el resto del continente.