15 años: la identidad territorial en pantalla

Texto: Gabriel Zuzek.

Un espacio, un encuentro, un proyecto que nació de una vocación casi artesanal y que fue creciendo, descubriendo y descubriéndose a cada paso para poder crear un sello con estilo propio y, desde ese punto cardinal, poder nombrar y abrazar un territorio que en la actualidad constituye una marca ineludible en la producción de contenidos audiovisuales realizados desde el sector público. Los 15 años de Señal Santa Fe, el programa gubernamental perteneciente al Ministerio de Cultura, representa un hito cultural sin precedentes en la provincia. Es todo un tiempo de realizaciones audiovisuales en el que hubo desafíos y variedad de enfoques narrativos para mostrar un territorio tan extenso como diverso y, muchas veces, desconocido.

Y es que ese prisma de multiplicidad estaba latiendo (y aún lo hace) para ser contado, para ser reconocido, para ser plasmado en diversas pantallas y para ser diseminado por cada rincón a modo de legado para las nuevas generaciones de santafesinas y santafesinos.

Identidad y trabajo colectivo

Es indudable que Señal Santa Fe se convirtió en un factor fundamental para contribuir al patrimonio cultural de la provincia y está sustentando por un equipo de trabajo que fue haciendo camino al andar. En ese trayecto, logró una profesionalización en todo el abanico del sector audiovisual. “El balance de estos 15 años de Señal Santa Fe es muy positivo”, subrayó Luciana Lacorazza, productora audiovisual y coordinadora general de Señal Santa Fe. Y añadió: “Ante un mercado audiovisual que pone en agenda ciertas problemáticas en detrimento de otras, es fundamental que exista y se sostenga en el tiempo un espacio público de producción de imágenes y sonidos que puedan representar a la otredad sin importar lo que vende y lo que no. Señal Santa Fe atravesó todo el territorio provincial contando las historias de personas que viven en pueblos, en ciudades, en comunidades. Personas que nos hablaron de sus historias y de las historias de sus grupos y de sus paisajes”.

En el mismo sentido, la periodista y también productora audiovisual Vanina Cánepa expresó la importancia de que se produzcan contenidos audiovisuales desde el Estado. “Las imágenes construyen cultura y democracia y también son un espejo donde se pueden ver las diversidades que hay dentro de un territorio. El Estado tiene la posibilidad de crear proyectos audiovisuales que le escapan a la lógica del mercado y eso implica que uno puede detenerse a mostrar y a mirar aquellos aspectos que probablemente una productora comercial no haga, porque los contenidos no están regidos por el rating”.

“Es necesario -continúa Cánepa- que esté presente para contar esas historias que también tienen que tener visibilidad y que también construyen diversidad, porque creo que se muestran rasgos diferentes, maneras de ser diferentes. Justamente creo que el Estado está ahí para explorar todo aquello que no es hegemónico y que no vende pero que al mismo tiempo existe. Me parece fundamental generar esas imágenes que al mismo tiempo muestran lo que somos, muestran cómo vivimos. Para mí eso es muy importante que eso exista y que existan políticas públicas acordes”.

Al respecto, otro integrante del equipo de Señal Santa Fe, el periodista y productor audiovisual Francisco Sanguineti rememora el arduo trabajo de producción que realizó para el documental «La arquitectura del crimen». “El lenguaje audiovisual tiene mucha llegada a la población y siempre había sido monopolizado por el sector privado, por un lado, y con una mirada muy centrada en Buenos Aires. Para ‘La arquitectura del crimen’ nos costaba conseguir imágenes del período de la dictadura en Rosario porque muchos de esos archivos se perdieron; pero lo más raro es que poca gente recordaba que en ese período la calle Dorrego a la altura de San Lorenzo estuvo cortada por años; y eso se produjo por una falta del ejercicio de la memoria como pueblo. Como ciudad, olvidamos. Y ese olvido es también una pérdida de identidad. Para la mayoría, cuando evocamos imágenes de la dictadura todas son desde Buenos Aires”, reflexiona. Y agrega: “Nuestro rol y nuestra lucha pasa un poco tener una mirada propia, una construcción propia de la historia y de la identidad. Aunque estamos cerca y formamos parte del mismo país y hasta hablamos muy parecido nuestra historia, nuestro origen, nuestras luchas siempre fueron distintas a la de los porteños”.

El orgullo de la experiencia

Si el tiempo fuera mensurable, quince años no significarían demasiado, pero en este caso se transforma en inobjetable, tanto para los realizadores como para quienes participaron a modo de protagonistas en cada una de las producciones de Señal Santa Fe. El hecho de haber recorrido diferentes paisajes, saberes, tradiciones e identidades de todo el territorio provincial, resultó ser un período de transformación a nivel personal y grupal.

Vanina Cánepa despliega una reflexión sobre lo que vivió y sintió en todo este tiempo de trabajo compartido. “Una de las transformaciones más importantes tiene que ver con el tema del aprendizaje y la diversidad. En el hecho de haber viajado tanto se aprende a abrir la cabeza porque dentro del territorio hay un montón de maneras de hacer, de vivir, de experimentar el día a día. Aprender también sobre el acceso a la cultura, aprender que muchas veces las realidades de las ciudades no son las mismas que las de los pueblos; y ahí, hay otras maneras de transitar el día a día porque hay maneras de acceder o no con cuestiones vinculadas a la cultura”.

“Cuando uno dice la provincia de Santa Fe hay que entender esa diversidad que existe -relata Cánepa-. Este trabajo me permitió la manera de ampliar esa mirada y también lo pienso en términos del trabajo colectivo con realizadores y realizadoras que participaron en diferentes proyectos, con sensibilidades muy distintas y con maneras distintas de mirar el mundo. Eso fue enriquecedor para mí. Esa pluralidad y diversidad te enriquecen como profesional porque se logra una mayor capacidad de mirar y a partir de ahí poder construir un proyecto”.

“El conocimiento y el crecimiento personal que uno se lleva con cada producción es lo más gratificante del trabajo porque cada investigación abre un universo del que uno solo conocía algunas partes y cuando uno se sumerge empieza a valorar el propio trabajo que está llevando a adelante”, señala Francisco Sanguineti y ejemplifica: “A mí me sirvió mucho para conocer la riqueza biológica, geográfica, histórica y social que tiene la provincia. Porque siempre que se habla de Santa Fe se trae a colación la agricultura y ganadería, el río, pero hay muchísimos aspectos invisibilizados de la provincia que es importantísimo conocer y conservar”.

Por su parte, Luciana Lacorazza sostiene: “Como productora audiovisual, trabajar en un espacio público como Señal Santa Fe amplió mi perspectiva personal en cuanto a las posibilidades de producción y me dio la oportunidad de entender lo importante que puede ser dejar un registro de una historia, por más chiquita que sea. Para uno de los ciclos, por ejemplo, reunimos a una familia en la que les hijes, chiques de más o menos mi edad en ese momento, iban a ver por primera vez, frente a nuestra cámara, unos videos de su tía desaparecida. Las lágrimas les brotaban de los ojos. Detrás de esa cámara, yo entendí todo lo que tiene de presente este pasado nuestro y la importancia de seguir representándolo. Señal Santa Fe viene haciendo un trabajo enorme con el tema de los derechos humanos”. Y concluye: “En lo grupal, celebro formar parte de un equipo de compañeros y compañeras que entendemos esto de la misma manera y trabajamos todos los días para que nuestras producciones sean cada vez mejores”.